Fundaciones y refugios de animales en la Gran Caracas luchan por sobrevivir

Cristina Rincón, fundadora de Refugio El Valle, sirviendo la comida a los perros. Foto: Tifany Delgado

La labor de rescatar y cuidar perros y gatos se ha vuelto un desafío para las organizaciones sin fines de lucro, por los distintos factores económicos y sociales que inciden y dificultan su trabajo

Actualmente se observa un gran número de perros y gatos en situación de calle, hambrientos, llenos de pulgas, con heridas y sucios. Existen refugios y fundaciones dedicadas a ayudar a los animales que deambulan por los Municipios de la Gran Caracas, pero su situación es cada vez más complicada. Las donaciones y la capacidad de albergue son cada vez menores, mientras que los costos de la comida, veterinario y medicamentos son más elevados.

Algunas de las organizaciones sin fines de lucro dedicadas a rescatar animales callejeros en la Gran Caracas, son la Fundación Huellas al Corazón, ubicada en San Bernardino, que se enfoca en albergar cachorros y darlos en adopción. Algo muy similar hace Refugio El Valle, quienes se encargan de rescatar perros abandonados y conseguirles adoptantes a la mayoría de ellos.

Jesús Ramírez, creador de Fundación Huellas al Corazón con un cachorro en adopción. Foto: Tifany Delgado

Por otra parte, se encuentra la Fundación Esperanza Animal, en el Hatillo, encargándose de  rescatar perros y gatos. Algo que también la diferencia de las otras organizaciones antes mencionadas, es que no dan en adopción a los animales que albergan. Su Directora, María Gabriela Jaar, confiesa que no entrega a los animales en adopción porque “no confía en el ser humano”. Mientras que Cristina Rincón, Fundadora de Refugio El Valle, resalta que en su organización “lo principal es que el refugio sea un hogar de tránsito para ellos y que logren terminar en hogares definitivos”.

Algo en las que todas coinciden es en su objetivo principal, que es albergar y cuidar animales abandonados, maltratados o en un estado deplorable, para evitar que sigan sufriendo, tanto física como emocionalmente.

Jaar admite que su labor «cada minuto es más complicada» mayormente por la situación económica. Además, comenta que han bajado las donaciones, lo cual es preocupante debido a que mensualmente gasta $1.200 solo en perrarina. «A principios de este año, la persona que me donaba el alimento de los perros y gatos por motivos económicos dejó de poder ayudarme».

Aparte de la comida de los animales, debe costear los camiones de agua, el sueldo de la persona que la ayuda en su refugio ubicado en Sabaneta y el costo de la gasolina para poder subir y bajar una o dos veces a la semana, debido a que tuvo que trasladar la mayoría de los animales de la fundación a su casa familiar, para poder cuidar también a su mamá con Alzheimer.

Asimismo, la encargada del Refugio El Valle, afirma que las donaciones que reciben no son suficientes para cubrir todos los gastos de su refugio. Deben realizar diversas actividades para recaudar dinero, como jornadas de vacunación, venta de juguetes, rifas, participan en bazares de mascotas friendo tequeños, nuggets y papas fritas. También se apoyan en lo que recaudan de las adopciones, que son $60 por cada perro y con ese dinero cubren parte de las vacunas, comidas, esterilizaciones, desparasitaciones y consultas veterinarias, aunque les resulta “difícil seguir un presupuesto porque no se sabe el día de mañana cuántos perros van a dejar”.

Además, destaca que los perros que se encuentran delicados de salud, requieren de una gran cantidad de gastos. Uno de ellos es una perra cardiópata, en la que gasta $80 mensuales en su medicina y aparte deben adquirir sus vitaminas para el reforzamiento del corazón. Otro caso similar es el de un perro diabético, que tiene una dieta especial y en su insulina se gastan $70 mensuales. Recalcando que este tipo de perros mayores y enfermos no los tienen en el refugio, sino que los trasladó a su casa para que pasen sus últimos días “porque los perros con edad avanzada muy poca gente los adopta. Es raro, es muy difícil”.

Perro de Refugio El Valle. Foto: Tifany Delgado

Aunque no se han publicado cifras actualizadas ni exactas sobre la cantidad de perros y gatos abandonados en la Gran Caracas, ni en Venezuela, los dueños de fundaciones y refugios consideran que actualmente hay un aumento alarmante, debido a la cantidad de animales que ven o que les reportan a diario.

Una de las principales razones que genera el abandono de las mascotas, es la situación económica de los dueños. El salario mínimo de Venezuela se posiciona como uno de los peores de Latinoamérica, siendo de 130 bolívares, sin incluir los bonos otorgados por el Gobierno.

Con este ingreso mensual, es complicado poder alimentar y dar los cuidados necesarios a las mascotas, aunque el director de la Fundación Huellas al Corazón, Jesús Ramírez, asevera que aparte de la falta de recursos, el abandono también se genera por “por la falta de conciencia y por la maldad del corazón humano”.

De igual forma, Rincón, expone que muchos de los perros que abandonan y amarran en las rejas de su refugio “los dejan con su cama y juguetes, se ve que el perro no es que no lo podían mantener, sino que simplemente se cansaron del perro y lo dejan aquí”.

Aunque ambas organizaciones no albergan gatos, concluyen en que actualmente hay más abandono de gatos que perros y que la situación se está saliendo de control.

Mientras que Jaar, dueña de la Fundación Esperanza Animal, que alberga a perros y gatos, considera que “la solución número uno es hacer jornadas de esterilización, sobre todo en las zonas rurales o en las zonas de escasos recursos del país”.

Gatos en situación de calle en La Vega. Foto: Tifany Delgado

En la Fundación Esperanza Animal, hay 120 perros y 45 gatos. Jaar ha tenido que mudar gran parte de los animales de su refugio, donde tiene 3.000 metros de terreno, a La Trinidad, donde no tiene áreas verdes. Lo que ha implementado para no molestar a sus vecinos con los ladridos durante las noches, es dormir con los perros. “Imagínate, solamente yo duermo con 40 perros para que no hagan ruido en las noches. Entonces sí, obviamente estoy colapsada desde todo punto de vista”, puntualizó.

Vídeo de Instagram de Refugio de Fundación Esperanza Animal

La directora de Refugio El Valle, expresa que cada vez son más los perros que dejan amarrados en las rejas de su refugio y ellos no tienen “las condiciones idóneas para tener tantos”.

El espacio es limitado y está diseñado para tener aproximadamente 15 perros, pero actualmente tienen 35.  Es complicado tener esa cantidad de animales en un espacio tan reducido, debido a que muchas veces se pelean. “Estamos en plena calle. El ruido de los carros, las motos, la gente que pasa, los niños corriendo, todo eso a los perros los altera y estresa un montón, entonces un perro más, es más estrés todavía”. Destacando que la cantidad de abandonos y la poca capacidad de albergue hacen más difícil su labor, aseverando que “todo eso no lo ve la gente que está afuera, la gente ve la parte bonita”.

Por eso actualmente se encuentran recaudando dinero para comprar un nuevo lugar, más grande y cómodo.

A pesar de que Ramírez, de Huellas al Corazón, afirma que su fundación no está colapsada, si considera que tener a tantos cachorros en un apartamento no es lo ideal, pero que hace “todo lo posible para que ellos estén bien”.

La mayoría de los animales rescatados llegan en terribles condiciones a los refugios y fundaciones, debido a que en su día a día deben sobrevivir buscando comida, soportando malos tratos e intentando no ser atropellados. Ramírez revela que en su fundación los cachorros, animales que apenas están comenzando a vivir, mayormente llegan con parásitos, desnutrición, anemia y enfermedades infecciosas.

Mientras que Jaar, divide en dos los tipos de problemas con los que llegan los perros y gatos a su fundación: emocional y física.

Con la parte emocional se refiere a la timidez y el miedo que sienten algunos al momento que ella se les acerca. Poco a poco, con el tiempo debe ir ganándose su confianza, definiéndolo como un trabajo constante y difícil, debido a que para muchos animales es complicado recuperar la confianza en las personas, después de todo lo que han vivido en las calles. Mientras que en la situación física algunos llegan atropellados, ciegos, desnutridos o con problemas en la piel, resaltando que con lo que llegan mayormente casi todos, es con la parte emocional destruida.

Tanto Rincón, como Jaar y Ramírez consideran que el venezolano tiene muy poca cultura, educación y conciencia con respecto al cuidado y amor hacia las mascotas. Asimismo, comentan que es necesario que la gente conozca lo importante y necesaria que es la esterilización y vacunación en los perros y gatos.

“Hay que empezar a sembrar otra vez la semillita desde los colegios, porque eso es el futuro de Venezuela. Si a esos niños, nosotros no logramos que ellos tengan un amor por los animales, no vamos a lograr nada. Se va a volver cada vez peor”, asevera Rincón.

Cristina Rincón junto a su esposo, Fabián Centeno, también integrante de la dirección del Refugio. Foto: Tifany Delgado

Por otra parte, Jaar invita a las personas a donar con las fundaciones y refugios. “Con un granito de arena pueden hacer un gran cambio para las personas que día a día intentan hacer lo que yo hago, que es cambiar el mundo de ese animalito que viene abandonado de la calle”.

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